viernes, 15 de septiembre de 2017

Blood price ("El precio de la sangre") - Vicki Nelson, vol. 1


Una de las experiencias más aterradoras para un lector es coger una novela que te ha marcado en un momento de tu vida y afrontar su relectura unos cuantos años más tarde, pues lo afrontas con el miedo a sentir "desengaño", "decepción"... a manchar ese "buen recuerdo" y perder parte de su magia porque al visitarlo de nuevo no has encontrado lo que esperabas/recuerdabas.

"El precio de la sangre" fue una de las primeras novelas de Urban Fantasy con las que me inicié en el género, es más, probablemente era "una de vampiros" cuando aún el término apenas se había empezado a utilizar en España.

Fue la época del despegue de la editorial "Factoría de Ideas" y su serie "Mundo de Tinieblas" y para mí, fascinado siempre por el mundo de los chupasangres, una vía adicional de diversión y entretenimiento.

La idea era partir de algo muy trillado y hacer algo distinto, generar tensión y pasión dejando algo de lado el miedo y varios títulos de la editorial lo consiguieron.

Fue la época en que apareció el primer Harry Dresden (que reformuló el mundo de los magos), el de la "Mascarada de la muerte roja" de Robert Weinberg, el de la serie "La saga de la sangre" (al que pertenece la novela que estamos comentado) y las distintas novelas de clan.

Como lector supuso la aparición de todo un universo lleno de posibilidades, con un vampirismo que alcanzaba su culmen, con distintas razas y estirpes, personajes carismáticos y novelas llenas de acción y conspiración. Una forma de concebir la figura del vampiro como algo distinto, un antihéroe singular en muchos aspectos, con menos limitaciones morales y mucho juego por delante. En resumen, una reinvención del género que lo acercó a muchos jóvenes amantes del rol, de las luchas intestinas, de los comics de superhéroes y  de los villanos con carisma.

En ese entorno y por comparación, la serie de Huff fue/es algo menos impactante con el mérito particular de haber sabido envejecer muy bien y el valor añadido de ser, de todas, la más capacitada para captar a un público  muy diverso. 

Donde otros optaban por intrigas propias del medievo remasterizadas a una versión 3.0 con pistolas y ciertos superpoderes, la autora mutó el estereotipo de las buddy movies y de series ochenteras como "Luz de Luna" creando una serie de misterio con tintes sobrenaturales donde la investigación nunca encontraba la explicación exclusiva en el mundo terrenal, sacando partido a todo el elenco de los monstruos de la historia del cine.

En los últimos años hemos podido disfrutar en televisión con series como "Castle", "Private eyes" y demás sucedáneos contemporáneos que han apostado por la pareja de investigador-foráneo que aúnan fuerzas a su pesar para resolver crímenes y que acaban creando una especie de sociedad impostada condenada a perpetuarse en el tiempo.

Tanya Huff apostó por esta fórmula hace más de veinte años. Construyó sus cinco novelas apostando por una combinación bastante decente entre misterio, investigación y romance que se lee con mucha facilidad y cautiva desde el principio.

"Blood Price" o "El precio de la sangre" fue la primera de las novelas. La que he releído estos días.

Es la carta de presentación de la serie y de su elenco protagonista, un triángulo singular cuyos lados empiezan a definirse en esta novela

Vicki Nelson: expolícia reconvertida en detective privado cuando un problema físico le impide seguir desempeñando su trabajo con normalidad.

Henry Fitzroy: vampiro longevo y peculiar que se gana el pan escribiendo novelas rosas.

Mike Celucci: excompañero y ex (o no) amante de Vicki.

La narración es tremendamente ágil, tanto en la traducción española como en el original. El lenguaje es muy asequible y el ritmo alto.

Todo el peso de la novela recae en el carisma de los distintos protagonistas y sus interacciones, en una construcción muy de serie de televisión, con todo el peso centrado en los diálogos y la interacción física de los protagonistas.

 Las descripciones son someras y sirven, más que nada, para situar la acción, sin que sobre las mismas recaiga ningún peso significativo.

Es una de las primeras ocasiones en donde leí narración con cambios de personajes y puntos de vista. Unas veces vivimos las situaciones desde el punto de vista de Henry, otras del de Vicky y (aunque sean las menos) desde el de Celucci y todas ellas ayudan a definir la "parte no escrita" de cada uno.

Durante la trama campamos de día y de noche. Recorremos el pasado de los dos protagonistas aunque la forma de tratarlo es radicalmente distinta. Con Henry son flashbacks de momentos puntuales que le han marcado a lo largo de la historia (su conversión, su primer amor y una de sus grandes confrontaciones), con Nelson es, ante todo, la forma en que tiene que afrontar su día a día, las huellas que el trabajo policial ha dejado en ella y la frustración ante el cambio de vida al que sus limitaciones le han obligado.

La novela funciona porque lo hace la química entre los dos y por la capacidad que tiene Huff para reformular la ídea del vampirismo. Hoy parte de esa magia se ha perdido porque han proliferado infinidad de novelas y películas que han explotado hasta la saciedad esa "entonces" nueva veta narrativa pero entonces era algo sorprendente y novedoso. 

Para jóvenes actuales que disfrutaron con "Crepúsculo" o adultos que la hayan rehuído sólo puedo decir que esta novela no es del mismo corte que la de Stephenie Meyer. Aquí los personajes no son púberes hormonados sino adultos que han llegado a un punto de inflexión en su vida y eso condiciona el tipo de pensamientos y problemáticas que se ven obligados a afrontar.

Huff consigue que la relación entre los protagonistas (entre los tres) funcione bien, sin que la investigación se desenfoque, consiguiendo un resultado bastante completo aunque no me atrevería a llamarlo novelón.

En una época en donde el volumen de libros leídos se multiplica y resulta difícil retener en el recuerdo muchas de las novelas y personajes que has tenido entre las manos, Henry Fitzroy y Vicki Nelson aún perviven en mi recuerdo junto a otros pocos (como el mencionadoDire McCann cuya serie lo mismo un día me atrevo a releer).

Valoración: me gusta. Hasta el punto de que no sólo me ha gustado reencontrarme con estos personajes sino que, aún recordando  parte de la trama, me ha resultado una lectura cómoda y agradable que me ha permitido disfrutar con su lectura, así que de momento mantendré en mente la idea de releer el resto de la serie, aprovechando que en la última década la pentalogía se ha visto ampliada con una colección de relatos.

P.D: a lo largo de los años esta novela ha sido una de las que más he recomendado en general con un resultado positivo siempre, eso sí, señalando que el triángulo amoroso  tiene un mayor peso que el de la investigación y que, por tanto, la tensión de la obra guarda más relación con la parte rosa que con la de acción (por mucho que de esta haya un poco también).

En otros campos...

Falta tiempo para hacer muchas cosas. Intento engancharme a "Juego de tronos" que veo con algo de nostalgia por las novelas y la sensación de plenitud que muchas de ellas me dejaron en su día, mientras amenizo los huecos que tengo con algo de música: "Walk on water" (30 seconds to Mars), "Thunder" (Imagine dragons), "No vacancy" (Onerepublic ft Sebastián Yatra) o "My love" (Wale)

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