jueves, 24 de agosto de 2017

La reina sin espejo - Serie de Bevilacqua y Chamorro, vol. 5


Devoto confeso de Bevilacqua y Chamorro y amante lector de su creador, debo reconocer que esta es, sin embargo, la novela de la serie (y de Silva) que más me ha costado siempre leer (y recordar).

He releído "El lejano país de los estanques" y "la niebla y la doncella" en varias ocasiones, "nadie vale más que otro" también a pasado el par de lecturas, sin embargo, "El alquimista impaciente" y "La reina sin espejo" me han costado siempre más.

"El alquimista..." por haber visto en algún momento la película en el ínterin y tener demasiado fresco lo que pasa y por qué. Sin esa emoción pierde algo la trama.

"La reina sin espejo" siempre ha quedado relegada en mis lecturas, fundamentalmente por no superar las siempre odiosas comparaciones, al menos las que podía hacer con el resto de las que conforman la serie.

Me explico que no quiero llevar a nadie a error, más que nada porque es una buena novela, simplemente no es una "de aquellas a las que Lorenzo Silva me tenía acostumbrado" y me ha hecho sentir algo... desamparado/decepcionado.

La prosa de Lorenzo Silva, esa extraña musicalidad que tienen sus textos, con un ritmo y una sonoridad únicasque lo diferencia del resto de autores que conozco, sigue ahí. Es él, sin dudarlo y la novela, en ese sentido, tiene su sello.

Como novela social la trama (o las subtramas de la historia) tienen también relevancia y peso. 

Aunque se publicó hace 12 años, no sólo no ha perdido vigencia sino que sigue tratando temas muy candentes en el momento actual.


Por un lado, el mundo de la prensa rosa, los periodistas que "venden" personajes que no son para contentar a las audiencias hasta que llega un momento en el que no pueden ser quienes son abiertamente porque ya no concuerdan con el imaginario colectivo de sus espectadores.


Por otro, la trata de blancas. La prostitución en sus diversas formas y ramificaciones y el complejo y turbio mundo de la noche y de la corrupción institucional que ampara ciertas actividades ilegales.


Y de fondo Cataluña. El independentismo cuando aún no era del todo la forma en que se llamaba. El momento en que algunas competencias en materia de seguridad les habían sido traspasadas y la guardia civil y otros cuerpos de seguridad del Estado acababan de ceder el testigo a los mossos generando por entonces una extraña mezcolanza y solapamientos que dificultaban y enrarecían la labor policial. 

Todo eso está ahí. Un conjunto coherente, interesante y didáctico que con la pluma de Lorenzo Silva resulta extremadamente fácil de digerir pero (y es "mi pero", el que impide que la valoración vaya más allá de un "está bien") me falta ese algo especial que aporta normalmente el autor a través de sus dos protagonistas, química, instrospección, análisis de una generación (o generaciones) que van creciendo leyendo sus historias y de una sociedad en ligero declive.

Vila está triste en la historia, el regreso a Barcelona le cuesta y eso está ahí, pero fuera del hecho de que las palabras lo plasmen y generem "el clima previo" no hay más. No hay un desarrollo mayor y todo se limita (por primera vez en la serie) a acotaciones de un "narrador" impersonal que no te trasladan al pellejo de Bevilacqua. 

Algo parecido pasa con Chamorro, distante durante la mayor parte de la trama. Sin esa conexión particular que hasta la fecha siempre se había establecido entre los dos protagonsiats, en una novela que carga su peso algo más de lo habitual en Vila pero a costa de diluirla a ella y sustituir el diálogo amigable y la ayuda mutua por centrar la atención en la labor policial y en los distintos secundarios que van pasando por la historia.

Es una novela negra de tinte social que está bien, de lectura cómoda pero que no alcanza la comunión con el lector (al menos conmigo) como las anteriores. No "te toca la patata" y eso pasa factura cuando estás acostumbrado precisamente a que te den lo contrario. A mí me ha dejado algo frío y con una sensación de ausencia que arrastré hasta el final.

Fue esa sensación de pérdida y el distanciamiento entre la publicación de esta entrega y la siguiente (de 5 años, más del doble que las demás) la que me alejó un tanto de la serie. 

Un vacío que he intentado rellenar releyendo las 5 antes de retomar/afrontar "la estrategia del agua" con el estado de ánimo adecuado y el recuerdo vivo de por qué esta es una de esas series que siempre menciono y a las que me resulta sencillo hacer alusión.

Valoración: está bien.

P.D: Estaba leyendo el otro día que ya llega la adaptación literaria de "La niebla y la doncella", mi novela favorita de Bevilacqua y Chamorro. 


Mi susto llega cuando veo que el papel de Bevilacqua se lo han dado a Quim Gutiérrez. Para mí él no puede ser Ruben, lo siento. Lo digo antes de ver la película y asumiendo que luego, como pasa siempre, la veré y me deslumbrará y diré ¡ole, ole y ole! pero a día de hoy, para mí no es, ni será Ruben.


Roberto Alamo quizás, con pelo eso sí, tiene algo de la prestancia, le acompaña la voz, quizás algo de su presencia... quizás pudiese parcialmente. Quim Gutiérrez no.


Y Anglada no es Veronica Echegui, eso seguro que no. Y punto.


Sobre Aura Garrido como Chamorro...no puedo opinar porque tiene algo que sí y algo que no... cuando vea la película decidiré pero ahora mismo no lo veo. 


Así que este mes dos chascos relacionados con Bevilacqua. O cojo "la estrategia del agua" pronto y cambio la tendencia o la liamos. Y no está en los planes a corto plazo así que mal vamos.

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