miércoles, 10 de mayo de 2017

Fuera de lugar


Salto una vez más el orden. Tengo lecturas por comentar pendientes y trataré de hacerlo en los próximos días pero tengo la necesidad de hacerlo porque si no lo escribo ahora, cuando casi acabo de terminarlo, no sé si seré capaz de comentarlo con coherencia.

"Fuera de lugar" es más un ejercicio literario, un experimento, que algo que estructuralmente llamaría "novela" y, si llega a serlo, no es como ninguna que haya leído hasta la fecha.

Es una lectura siempre en contrasentido, anárquica, hasta cierto punto caótica, que seguramente a su creador le exigió un volumen de intencionalidad tremendo, nada que parece tan deslabazado y casual consigue el resultado que obtiene aquí Kohan si no hay mucha premeditación detrás.

Su título "Fuera de lugar", va a ser mi hilo conductor, como lo es en la obra, para escribir un post que imagino breve aunque no sé si muy aclaratorio.

No hay equilibrio entre la forma y el fondo. La forma es preciosista, Kohan escribe con arte sin caer en lo recargo ni la floritura. Es prosa sensata, estilista, coherente, asequible, en una narración donde precisamente la descripción prima sobre cualquier otro recurso, incluído el diálogo. Sólo por eso ya es una rara avis en los tiempos actuales o, por lo menos, en las novelas que suelen pasar por aquí.

Pero es que, además, no pega nada en absoluto con la crudeza, desagrado y realismo (que no queremos ver) que muestra en su trama. No hay equilibrio, lo uno con lo otro chocan, parece que está fuera de lugar.

Como lo están muchos (puede que todos) de los personajes de las historias. Y uso el plural porque la novela comienza hablando de una cosa y termina con otra totalmente distinta, dejando inconclusas e inconexas ambas... o las tres si pensamos en un suicidio que queda sin explicar... o las cuatro si nos centramos en el pobre Guido...

Si algo tiene en común el conjunto es que cuantos lo pueblan no parecen pertenecer a los hechos que suceden, están ahí porque alguien los ha puesto (Kohan), están en la historia, pero que en el fondo ninguno termina de formar parte de la misma. Sólo "están", nunca "son".

Quizás por eso no importan los nombres, las profesiones o lo que hacen, es un conjunto de historias, un todo inconexo de desventuras deslabazadas, que o no tienen un comienzo definido o carecen de final, que tienen continuidad una en la otra pero son inconexas entre sí, con ese único nexo en común, que todos comparten, esa sensación de sobrar, de no pertenecer, de estar fuera de lugar.

Seguramente el primero que sobre sea yo, que durante toda la lectura me he sentido voyager obligado de historias que no quería leer, en las que no me he conseguido meter pero que tenía que terminar para ver si encontraba un sentido a todo.

He tenido que lidiar con la repulsión de una narración que durante casi dos tercios se centra en el mundo de la pornografía infantil, que me llegado a generar vergüenza al leerlo en un metro y temor porque alguien leyese por encima del hombro viese lo que ahí ponía, y que, para más inri, no termina, cambiando de registro de forma inesperada hacia un suicidio incomprensible que al final degenera en una muerte, dentro de una última historia inesperada, que se sabe tragedia pero que no sale por donde uno espera que vaya a ir y que te dejar con sensaciones tan inconexas e inesperadas como: sorpresa, resignación y asombro.

No puedo valorar bien una novela que no recomendaría porque no creo que aporte nada pero tampoco puedo dejar de admirar el hecho de que su autor haya conseguido generar un conjunto tan dispar de sensaciones/emociones en mí que, aún veinticuatro horas después de haberlo terminado, sigo sin conseguir desligar/entender. Pena, repulsión, insatisfacción, admiración... se desgranan en mi interior ahora cuando escribo, sorprendido aún de que todo lo que ha salido hoy, aquí,  estuviese realmente ahí porque cuando lo terminé anoche y pensaba: ¿y a parte de "No me ha gustado", qué pongo?

Honestamente no puedo decir que Martín Kohan no sea un genio. 

Consigue lo que creo que se proponía, hacer que el lector se sienta "Fuera de lugar", emulando a cada uno de los personajes (que no sé si protagonistas) de su novela, admirando un estilo narrativo bello en una trama que te revuelve, donde además lo bueno acaba castigado y lo malo impera.

Una lectura singular, única. Lo que no sé es si recomendable.

Valoración: está bien.

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