viernes, 24 de marzo de 2017

Deal Breaker - Myron Bolitar, vol. 1


"Deal breaker" es, creo que citando correctamente a una de mis tías, una novela desengrasante, de las que intercalas entre otras de mayor calado y exigencia.

No es la primera novela que leo de la serie y la sensación es la misma en todas, funciona muy bien para cambiar el chip, distraerse y buscar otras cotas más duras, complicadas o exigentes.

En un momento en donde las lecturas curiosas, interesantes o directamente buenas, parecen surgir de debajo de las piedras, no es fácil definir una lectura como "desengrasante", pues parece que la relegas a un segundo o tercer plano dentro de tu estantería.

Para mí son necesarias, es más un problema de encontrar el momento y cuál de ellas, porque si aumentan las lecturas pendientes que te interesan, el margen para las de "relleno" disminuye, ya que el tiempo que se le puede dedicar a la lectura no varía.

Para mí Myron Bolitar y sus (des/a)venturas son una opción bastante decente para tener en la recamara siempre.

Su lectura es ágil (incluso en inglés), entretenida, curiosa y con un elenco de personajes lo suficiente dispares y distintos como para dejar una imagen en tu recuerdo (cosa que muchísimas otras no logran en ningún momento).

Son novelas (esta primera lo es) donde el humor tiene presencia, sobre todo a nivel dialectal y de proceso interno del protagonista. Son chascarrillos fáciles, respuestas de patio de colegio, acidez en la mordacidad, que se agradecen como lector en un universo literario donde la apatía, el estoicismo y cierta sensación de uniformidad, tienden a generar una sensación de "continuación" o patrón repetido que no es fácil quitarse de encima.

El resto de personajes (Esperanza o Win) aportan un buen contrapunto y dosis de otros elementos que convierten la novela en algo distinto, agradable de leer y curioso. 

Ninguno termina de tener el carisma necesario para dejar una huella permanente pero sí un rastro de miguitas lo suficientemente claro como para que siempre que piensas en un libro de este corte, tengas un primer impulso de buscar el siguiente de la serie.

Cuenta, además, entre sus grandes valores el centrarse en el mundo deportivo (el ámbito cambia bastante en función de la novela de la que se trate) americano, en donde se mueven y manejan increíbles cantidades de dinero que hacen que personajes de dudosa reputación, escasa moralidad y cuestionable forma de obrar ronden siempre alrededor de las "estrellas" y "deportistas", convertidos en minas de oro con patas.

La mafia, los chanchullos, las malas artes, el deporte y su relación con la educación, la prensa y el uso y juego de la información para conseguir salir airoso de situaciones complicadas, la presión de la negociación... todo eso está presente a lo largo de la novela, mostrando un universo bastante sucio y corrupto en el que para sobrevivir hay que desplazarse por una línea muy muy fina entre lo moral y lo que no lo es.

La presencia de Win, el economista privilegiado, psicópata y pragmático, ayuda a ampliar la sensación de encontrarnos en un mundo singular, donde es muy difícil moverse sin salir manchado. Práctico, directo, expeditivo, sirve de contrapunto moral, intelectual y social de un Bolitar más humano y próximo a nosotros como lector a pesar de compartir una parte de la experiencia pasada de su amigo.

Dos caras de una misma novela que conforme vayan pasando los libros se irán desdibujando, con un Bolitar al que cada vez le cuesta más mantenerse en sus trece.

Lo demás es diversión y entretenimiento sin exigencia, lectura rápida, ágil y expeditiva. Sin más. Ni menos.

En mi caso ha sido una relectura  La primera vez fue en español ("motivo de ruptura") y en esta ocasión , de cara a obligarme a seguir con la lectura en inglés, en original para poder seguir a mi ritmo con el resto de las entregas.

Me ha faltado, por tanto, el factor sorpresa, la innovación y ese efecto inicial que causa el "Oooohhh" y el "aaaaaah" que hacen que la lectura sea cautivadora y atrayente. Pero aún y con eso me ha gustado.

Valoración: me ha gustado. Pero eso sí, empiezo a necesitar urgentemente un peso pesado que rompa un poco la linealidad de las últimas semanas.

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