viernes, 25 de noviembre de 2016

Aracne. La muerte viene a cenar - Carter & West, vol. 1


Si hay un tipo de novela negra que no me llama especialmente la atención es esa británica de postguerra que tiene a Agatha Christie como gran representante.

Son obras que no siempre han envejecido bien, que son demasiado lineales (con apenas inflexiones o tensión que capten mi atención), donde la narración se limita a discurrir ante nuestros ojos mostrándonos lo que tenemos que ver, en un trasiego de páginas donde seguimos al investigador, detective, periodista (o personaje de corte similar) en sus divagaciones y pesquisas, con un sistema de prueba-fallo, siempre desprovistos de información fundamental para seguir sus derroteros y bastante opacidad en los procesos deductivos.

Por todo ello han sido, y seguramente sigan siendo, novelas que rehuyo (salvo contadas ocasiones) porque son libros que no me llenan, que no consiguen que me sumerja en ellos, plantado en medio de  una investigación que siento como algo ajeno y que, además,  muchas veces son bastante tramposas.

Cuando cogí esta novela lo hice con mucho desconocimiento, ni sabía quién era la autora (de hecho ayer descubrí que es española), ni la temática ni, desde luego, que se basaba en esos mismos autores y forma de escribir o seguramente habría obviado su adquisición y compra.

El desconocimiento a veces es una bendición (como en parte ha pasado aquí) y gracias a él le das una oportunidad a novelas y libros que de forma consciente nunca habrías cogido.

Dentro de ese subgénero G. W. Chesterton y su "padre Brown" son lo más parecido a una lectura que considero pasable aunque esté desactualizado y la forma de escribir y plantear la novela de Bolox me recuerda a él, con un lenguaje y una forma de hacer discurrir la novela que no me ha desagradado a pesar de no conseguir toda mi atención.

Es una obra heterogénea formada por tres historias cortas, la primera más breve que las otras dos, que gana en interés conforme se van sucediendo los tres relatos, más que nada porque la forma en que son narrados difiere mucho entre unos y otros y es en el tercero donde, al adoptar una forma eminentemente dialéctica con el peso en la química/equilibrio establecido entre el inspector Carter y Miss West, la novela alcanza su apogeo.

Vaya por delante que el primer relato, que en la página web de la autora recibe el nombre de "Destino inexorable", muestra sólo una parte de la narración y de la historia, quedando incompleta.

Dice su autora que actuará de hilo conductor entre los demás libros y que, por cosas que le comentan,  hay gente que se ha figurado el por qué de su inclusión y la relación que guarda con las otras dos historias. Tengo mi opinión al respecto y si se cumple no estará mal la idea, aunque reconozco que como lector me dejó algo desubicado, pensando que estaba ante un preámbulo y no ante una introducción inconclusa.

"Aracne" y "La muerte viene a cenar" son dos historias inconexas entre sí que comparten como nexo de unión la figura del inspector Carter. La relación entre estas dos y "Destino inexorable", queda en el imaginarium de cada uno, a la espera de que la autora lo vaya mostrando en sucesivas entregas.

"Aracne" no la he disfrutado. No uso el verbo gustar porque cuando me van llevando de un sitio a otro a voluntad, sin que pueda hacer nada al respecto y sin que la neurona se pueda activar al final me quedo con sensación de indiferencia.

Me queda algo de sensación de engañifa y giro rocambolesco, de esos que cuando al comienzo del relato lees un trozo piensas ¡¡uyyy, aquí está el quiz!! pero que no puedes desentrañarlo porque no hay más miguitas hasta el final de la historia,una vez se ha resultado el misterio.

Ese planteamiento se come el resto de mis impresiones sobre la historia porque me dejó con tal cara de poker que no le dediqué un mayor pensamiento ni al relato ni al conato de relación entre Carter y la Srta. Craddock.

"La muerte viene a cenar" es algo distinto o quizás es parecido pero contado de otra forma. Mismo corte de novela negra pero el giro no es tan exagerado, la posibilidad estaba ahí y lo único de lo que no disponías eran los medios para llegar a esa conclusión pero, y es un pero importante  (para variar, en positivo), tiene una escrutura sustentanda en diálogos, con dos personajes (West y Carter) con mucha química, salidas ingeniosas y un ligero sí pero no que se agradece y gusta.

No recuerdo en novelas de este corte algo parecido y me parece reseñable, más aún cuando surge a mitad del libro tras dos relatos que danalgo totalmente distinto a lo que aquí se ofrece.

Me ha gustado porque me ha recordado al cine clásico del tipo "Tú y yo", ése en blanco y negro de escenarios limitados y acción fija donde es el carisma y atractivo de los protagonistas, sus cruces de palabras, sus flirteos camuflados, sus gestos y maneras donde encuentras el disfrute como espectador.

Ese mismo punto extra que tenían algunas películas románticas de los 80, ya con color, como las guionizadas por Nora Ephron ("Cuando Harry encontró a Sally") como gran exponente y que alcanzó su máxima representatividad en una película de mediados de los 90 como es "French kiss", que me sigue haciendo sonreir cuando la veo.

Es esa forma de afrontar la narración, el cambio sobre el guión establecido, la complicidad entre los dos y ese constante tira y afloja dialéctico el que hacen que cuando acabas la lectura tengas la sensación, por encima de todo, de haber disfrutado, con una ligera sonrisa en la cara y el convencimiento de que finalmente Bolox ha dado con la fórmula mágica.

Valoración: me ha gustado

Tal y como acaba, con ese regusto agridulce que deja y la sensación de que el juego acaba de comenzar, ¿cómo no leer la siguiente novela cuando la publique el año que viene?

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