domingo, 3 de abril de 2016

"Seven Forges", de "Seven Forges, vol. 1" + "The wounded" + "Scars"


De todo lo que tengo que decir sobre esta novela quizás lo que menos claro tenga es su definición. 

La Fantasía cada vez sufre más escisiones y resulta harto complicado  entrar en definiciones exactas. Antes era fantasía y ficción todo junto, luego se separaron en fantasía y ciencia-ficción y ahora se multiplican las definiciones y matices.

Resulta muy complicado encasillar las novelas porque los perfiles cada vez son más difusos (High fantasy, low fantasy, sword and sorcery, distopia, urban, young adult...) por lo que cotilleo, porque aunque sea parcialmente se ajusta a la definición que he visto y porque en varios listados aparece así,  "Seven forges" sería (o podría ser) "Fantasía épica". 

Entran en esta definición series como "El señor de los anillos", las novelas de Robin Hobb, "Canción de fuego y hielo", "Las crónicas de Malazán"...que tendrán elementos comunes muy claros pero también muy génericos, porque tanto en la forma como en el fondo son muy distintos.

Parece común que la fantasía épica supone narraciones largas y complejas, muchas veces en más de un volumen, narrando sucesos de gran trascendencia o relevancia para un mundo distinto al nuestro que tiene sus propias reglas y normalmente con una narración que tiene trascendencia a sus personajes.

Los ejemplos son muchos pero también muy distintos y no me gustaría confundir a nadie con lo que voy a decir y contar.

No hay en esta novela elfos y enanos, ni orcos ni trolls. Ninguna de las criaturas tradicionales hacen aparición en la narración. 

Salvo humanos, de los que hay infinidad aunque sean de pueblos distintos y los haya más o menos nobles, hechiceros, brujas, soldados, emperadores y hasta ladrones... y los Sa´ba Taalor, que se imaginan como humanos pero cuyo rostro aparece en su parte inferior por un velo que impide saber si son algo más (o algo menos).

Cierto que tienen una gran presencia los dioses, aunque no se manifiestan físicamente (al menos no hasta la fecha), que hay grandes depredadores, magia, algo de religión y de regalos de los dioses y, por encima de todo, mucho de misterio, pero nada más.

Esos son los ingredientes de la novela. 

Una novela bastante buena, muy interesante, que se devora, que cautiva y por eso se lee casi del tirón (una vez que se salva el escollo inicia, donde aparecen por primera vez los nombres (no siempre fáciles) de los protagonistas y con cambios de personaje y ubicaciones tan distintas que al principio desorientan un poco). Conforme te vas ubicando la novela va creciendo, algo que hace de forma muy sostenida hasta llegar a su desenlace, sin perder en ningún momento su intensidad.

Merros Dulves, Wollis March, Desh Krohan y Andover Lashk, son algunos de los protagonsitas masculinos. Los más interesantes y los más importantes. También los pocos en que se centra el punto de vista y cuyo parecer y reflexiones llegamos a conocer. 

A través de sus ojos vemos la historia. Son sus prejuicios y concepciones previas las que determinan nuestra visión del mundo y de los sucesos. 

Gracias a esta forma de narrar la novela multiplica su efecto sorpresa, ya que, no sólo es que los habitantes de Tyrne sean humanos, es que es fácil identificarse con su sociedad, sus clases, sus intrigas y, por su puesto, cierto omblicentrismo que hace que vean el mundo bajo sus propias premisas. Esa es la gran baza de la novela. 

James A. Moore se encarga de que poco a poco vayamos conociendo a los miembros de la partida de los Sa´ba Taalor con Drask Silver Hand, Tusk y Swech a la cabeza. Conocemos sus creencias, formas de vida y gracias a casi todos esos matices, poco a poco su forma de ser.

Nuestro acercamiento es más completo y más a pie de calle que el de los demás protagonistas porque al separarse los caminos de varios vamos teniendo una idea más global y somos más conscientes de las enormes diferencias existentes, del gran peligro y de lo poco susceptibles a la manipulación que son los miembros de los pueblos de los Seven Forges.

En todo Fellein se vive con un código y una forma de vida que no rige a los Sa´ba Taalor y el gran error  que cometen los primeros es pensar que su forma de comprender la vida y de sentirla es la única que existe (ni siquiera la mejor) y que todos se rigen por sus propios patrones.

En ese error, en ir conocimiendo un poco a los Sa´ba Taalor gracias a distintas vivencias de sus protagonistas, en el peso que tienen el miedo/respeto/servidumbre a sus dioses y en su instinto de supervivencia gira toda la novela, que alcanza su climax a pocas páginas del final cuando el primer gran movimiento tiene lugar.  

Diferentes culturas, planteamientos y concepciones de la vida, van chocando y perfilando a las dos razas, distintos mundos dentro del mismo espacio físico. La falta de adaptación de los humanos a lo que están observando, su incapacidad para comprender los motivos y la forma de preceder de sus vecinos amenaza con costarles muy cara.

Por eso mismo el libro va de menos a más, del "hemos encontrado un pueblo nuevo con sus propias riquezas y que probablemente nos facilite nuevas alianzas y guerreros para nuestras luchas" a un "no sé qué les mueve, no sé qué hay detrás de ese velo (físico y mental) que nos impide ver qué pasa por sus cabezas (pues en ningún capítulo salvo en un breve lapso de su conclusión nos muestran una visión subjetiva de un Sa´ba Taalor) con un final sorprendente e inesperado que deja todas las piezas tiradas en el tablero y tu cara de ¿pero termina así?

El resto en la siguiente entrega... y acaba de aparecer la cuarta.

Valoración: me gusta mucho

Es mi intención seguir con esta serie sin dejar pasar mucho tiempo antes de que los nombres y las historias se desdibujen un poco.
Esta semana he aprovechado para leer dos relatos cortos que preceden "The blasted lands", la segunda entrega de la serie.

 "The wounded" 
La historia de Kallir Lundt desde el momento en que se produjo el ataque de los Pra-Moresh al comiendo de "Seven forges" hasta el momento poco después de la marcha de sus compañeros.

"Scars"
La narración de un intercambio de historias  sobre las cicatrices y la forma en que las consiguieron, entre Wollis March y los Sa´ab Taalor (Tusk y compañía) que tiene lugar poco después de que Drusk Silver Hand, en primer lugar, y Merros Dulver y su partida después, abandonasen su compañía mientras se dirigen a Tyrne.

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