sábado, 25 de abril de 2015

La mirada de las furias

James Bond visita "Desafío Total".

Éresmos, un producto de laboratorio, el mejor espía industrial diseñado nunca, debe averiguar los secretos de una nave alienígena aparecida en un mundo prisión lejano antes de que la humanidad sea erradicada de la faz del Universo.

El mundo tiene una estética muy similar al Marte de Desafío Total. Quizás los personajes no tienen la peculiar fisonomía de la película protagonizada por Arnold Schwarzenegger, pero el entorno terroso, rojizo y un ambiente un poco lumpen si es muy consistente.

El problema de esa comparación es que el lector espere mucho movimiento, mucho tiroteo, mucha acción. Y de eso tanto no hay. Tampoco abundan los gadgets, aunque alguna cosa curiosa sí que hay. Ni el humor, aunque un puntito cínico si que hay. Supongo, si se da un poco de manga ancha a quien escribe, que estaríamos ante el Bond de Daniel Craig: circunspecto, introspectivo, dubitativo... en descubrimiento de sí mismo y sus limitaciones.

Y aquí es donde llega la segunda comparación...

Teseo, Perseo o algún otro predestinado de la mitología griega protagoniza "Yo, robot"

Porque Éresmos es un geneto. Un producto de laboratorio. En teoría no es un "ser humano". Es una máquina de ingeniería biológica y condicionamiento genético.  No siente. Y, sin embargo... de repente empieza a hacerlo. Y se cuestiona... y duda... y sufre... y hasta encuentra la forma de romper su programación. Y lo hace mientras se enfrenta a la mayor/peor espada de Damocles del mundo, que alguien te vaticine el momento de tu muerte. 

Porque a parte de numerosas referencias a la antigüedad griega, de la presencia de las Furias y de algún estudio pormenorizado de las lenguas clásicas... también hay oráculos y de todos éstos son los únicos que siempre que aparecen condicionan las historias porque al final ya sabes cómo acaban las cosas, aunque no sabes la forma en que lo van a hacer.

Quizás por eso me ha gustado. Aunque no creo que sea sencillo de explicar.

Me gusta la cultura clásica. La mitología. La obra de Asimov. Alguno de los Bond y el Marte ochentero. 

Me gusta un personaje que sufre una metamorfosis, que se humaniza, que se autoexplora y que llega a cuestionarse. Que cambia por muchas cosas y por ninguna a la vez. Amor, miedo a la muerte, búsqueda de un objetivo en la vida o de un propósito final... entre todos lo mataron y él solo se murió. 

Me gusta que la historia empieza en Madrid, en la Universidad, que los nombres (salvo alguno concreto) son españoles, que es una ciencia-ficción de calidad y que entretiene. Que entiendes al personaje aunque no le llegas a querer, que los silencios en la acción y las pausas son para pensar y ver procesos internos, que mueven cosas dentro aprovechando que la novela no tiene un ritmo frenético, pero que tampoco aburre. Que no es una obra cultureta y pedorra que te lleva a desconectar porque no hay quién la aguante. No hay pedantería, no hay alardes gratuitos. Y eso está muy bien.

Creo que es una ficción más adulta que adolescente. Que a los más jóvenes les va a faltar algo de ritmo, que esperarán cyberpunk y se encontrarán un pseudoAsimov y no a todos les gustará... pero que hay mucha gente que no ama la ciencia-ficción que disfrutaría esta novela. Que explorarían otras posibilidades y alternativas, otros mundos y otro tipo de literatura y que a cambio podrían pensar y disertar. Porque al final podemos hablar de muchas cosas.

¿Qué es el amor?

¿Qué nos hace humanos? ¿o nacemos como tal?

¿Es saber que tenemos fecha de caducidad lo que nos iguala?

¿Somos conscientes de que esas grandes multinacionales ya existen y son las que nos gobiernan?

Nota: 7

Una buena novela y un gran escritor. Para mí su mejor obra sigue siendo "Salamina", que para mí es casi novela de culto. Pero "La mirada de las furias" ha sido una buena forma de retomar y descubrir una variante de Javier Negrete que desconocía. De reencontrarme con su estilo sobrio pero ligero de escribir. Quizás por eso he desenpolvado "La Espada de Fuego" a la espera de tener la oportunidad de releer y opinar sobre la misma muchos años después de su primera lectura, quizás con la esperanza de, en esta ocasión, plantearme leer la serie de Tramórea entera. 

Me gusta el final, porque no puede haber otro y el desarrollo porque habla de muchas cosas y plantea muchas dudas. Porque habla de corrupción, de instrumentalización, de las luchas entre las grandes empresas y multinacionales y la subyugación de la política y del control de los recursos, de espacio sin más fronteras que las impuestas por nuestro lento desarrollo. Porque me gusta la cultura clásica. Porque la mitología tiene algo épico y algo trágico. Porque la lucha por el destino

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