domingo, 2 de junio de 2013

Un soplo de aire fresco - Neal Carey vol. 1

Tengo claro que Don Winslow no es uno de mis escritores favoritos a pesar de ser un buen escritor y de saber que ha cosechado en los últimos años un gran éxito.

Las tres novelas que había leído hasta la fecha: "El poder del perro", "Salvajes" y "El invierno de Frankie Machine" no habían conseguido "llegarme". Con su lectura se puede aprender mucho, sobre la historia del narcotráfico en el continente Americano (en "El poder...") o la evolución de la mafia en Estados Unidos (en "El invierno") e incluso a algunos personajes, como a Chon (de  "Salvajes"), se les coge cariño pero a su obra le rodea una sensación de "irrealidad", de ajeneidad, que impregna toda la lectura y que impide su  disfrute completo. Sus mundos no son los míos, no termino de meterme en ellos, "no me tocan".

En todas esas novelas Winslow crea personajes, no "personas". Les dota de la dimensión justa y necesaria para encajar perfectamente en "su universo", el que ha preparado para la ocasión. Sin más. Creaciones con imperativos determinados "justicia", "dinero", "sexo", "poder" y, finalmente, "sobrevivir" pero ninguno de los comportamientos, certezas o incertidumbres con los que los lectores convivimos habitualmente.

Curiosamente Neal Carey, el protagonista de esta novela, sí es un "personaje de carne y hueso". Es tridimensional. Piensa, razona, sufre, se queja pero lo hace reaccionando a lo que le sucede. Es humano. Y eso me gusta porque esté o no de acuerdo con algunas de sus decisiones al menos puedo entender por qué hace lo que hace y eso me permite identificarme con él, sentir simpatía, en ocasiones respeto y al final incluso cierta admiración. 

Carey me deja sensaciones similares al Patrick Kensie de Dennis Lehane (sí, sé que Carey es anterior y debería ser al revés pero permiteme esta licencia para explicarme). Los dos son mundanos, cotidianos, reales. Son personas con una profesión distinta (y muy alejada a la mía, eso es evidente) pero cuando "les leo" tengo la sensación de que están hablando de "gente". Algo parecido a lo que me pasa cuando leo las novelas de Lorenzo Silva con Ruber Bevilacqua de protagonista, por ejemplo. Cambian el entorno, la situación, las vivencias personales pero cuando consigues situarte se convierten en tu vecino, tu amigo o tu familiar y eso me gusta.

Como me gusta el que se trate de una novela con varios registros. En sus páginas hay cabida para la tensión (provocada por la incertidumbre ante lo que va a pasar), cierta aprensión (hacia un final que, aún desconocido, todo apunta a que no será nada bueno), curiosidad (porque hay decisiones del protagonista que cambian la forma en que se está viviendo la novela), sorpresa e incluso diversión (con los flashbacks que muestran la educación de Neal de la mano de Joe Graham (y si vuelves a leer este post después de leer la novela es posible que con ese comentario "tan inocente" hasta sonrías).

También está Londres, la ciudad donde transcurre la mayor parte de la novela. Por fin una ciudad que me gusta y que conozco se convierte en parte importante de la novela. Con Neal la recorres de arriba a abajo, andando y en transporte público, mientras descubres todos los "peligros" cotidianos que nos acosan a los urbanitas (desde carteristas experimentados a prostitutas y drogradictos sin olvidar a las siempre temibles palomas), mientras buscamos a Allie.

Allíe Chase... la adolescente desaparecida que Neal tiene que encontrar y conseguir traer de vuelta (o será él quien no lo haga)

Unos punkies muy malos... 

Unos chinos que temen hasta los punkies...

Un senador lanzado a por la vicepresidencia de Estados Unidos...

Y una trama bien llevada, entretenida y coherente que sorprende porque por momentos se sale del camino experado (y trillado) para explorar variantes nuevas (y no por ello menos creíbles). Sólo puedo ponerle un pero, la música. No hay música. Londres, los años 90, zonas marginales y el centro de la ciudad de  noche y ni una mísera canción que llevarme a la boca, ¡¡pero dónde se ha visto eso!! ¡Vale que el "born slippy" de Underworld llegó un poco después pero hombre algo habría por aquél entonces que valiese la pena ¿no?

P.D: Ha terminado el mes de mayo y el premio de "Novela del mes" se lo lleva "House of cards"

P.D.II: Durante la comida de los sábados mi padre me ha comentado que debería poner nota a las novelas que comento para que sirviese de guía.
Con el tema de cuantificar las lecturas tengo dos problemas: que los gustos son muy relativos (y los míos más) y  que creo que cuando "cuantificas" los valores de algo tienden a establecerse comparaciones.

El problema es encontrar la manera de hacerlo. "Un soplo de aire fresco" sería un 7. Que creo que es la puntuación máxima que estaría dispuesto a dar a este tipo de novela.  Me ha sorprendido bastante, cuenta con un protagonista que Neal Carey que me gusta y me sorprende con su comportamiento (sobre todo en lo que se refiere a su relación con Allie Chase) y, por qué no decirlo, porque en cierto modo me "ha tocado la fibra".

Me ha gustado más que las novelas de la serie de Myron Bolitar, por ejemplo, pero para mí no es un novelón, y, por uno u otro motivo, no creo que juegue en la misma Liga que las de Dennis Lehane, John Connolly o Jo Nesbo, novelas con mucho más empaque que ésta.
P.D.III: Me acabo de dar cuenta de que no hubo "Novela del mes" en Abril. Lo siento, se me pasó. Mi reconocimiento es para "El síndrome E" de Franck Thilliez, para mí una señora novela. Quien ha leído las tres primeras afirma que de momento es la mejor de la serie. Yo no puedo opinar porque sigo tras "Luto de miel" pero si esa aseveración se confirma no quiero saber lo que pueden llegar a dar de sí "Gattaca" y "Atomka".

P.D.IV: Finalmente he visto "Warm bodies" y siento decir que no está a la altura de la novela. Se queda muy corta. De todas formas mi más sincero agradecimiento, sin un buen trailer nunca habría llegado al a novela. 

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